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La importancia de parar – Afilar el hacha

Actualizado: hace 4 días

¿Alguna vez has sentido que si te detienes, pierdes tiempo?

Esa sensación de que todo depende de ti, que si paras un momento tu proyecto, tu trabajo, tus estudios o incluso tus vínculos se frenan.


Lo cierto es que vivir así nos pasa factura. El cuerpo se agota, la mente se nubla y, aunque nos esforcemos más, los resultados empiezan a ser menores.


Me gusta mucho un cuento que leí en Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva de Stephen Covey, porque lo refleja de manera simple y clara: Afilar el hacha



Afilar el hacha – Anónimo
Dicen que una vez un leñador muy trabajador se presentó a una oferta de empleo en un bosque. Viendo su motivación y su energía, le contrataron enseguida. El jefe le dio un hacha y le mando a cortar árboles.

Cuando acabó el primer día, el dedicado leñador había conseguido traer 18 árboles, una cifra impresionante. Pero el hombre era muy trabajador y quería demostrar que podía hacerlo todavía mejor, y el día siguiente salió a batir su récord. Sin embargo, al finalizar el día, solo pudo volver con 15 troncos.

Conforme iban pasando los días el leñador se esforzaba por superarse, pero pese a gastar tanta energía, cada vez volvía con menos árboles. Estaba desesperado.
Fue a hablar con su jefe y le explicó la situación.
– No lo entiendo. Por más que me esfuerce, cada día corto menos árboles.

El hombre que le había contratado le miró y preguntó:

– ¿Cuánto haces que no afilas el hacha?
– ¿Afilar? No tengo tiempo para afilar. Estoy muy ocupado cortando árboles.

Mi reflexión


Ese leñador nos representa a todos en distintos momentos:

  • Cuando emprendemos, pensando que si no estamos 24/7 el negocio no avanza.

  • Cuando trabajamos en relación de dependencia, tratando de demostrar constantemente que podemos más.

  • Cuando estudiamos, forzando repeticiones sin pausas que permitan integrar.

  • Y en lo personal, sosteniendo vínculos y responsabilidades sin recargarnos.


El resultado es el mismo: la herramienta (nosotros mismos) pierde filo.


“Afilar el hacha” no significa rendirse ni dejar de avanzar.

Significa parar, ordenar, descansar, aprender o simplemente respirar, para luego retomar con más fuerza y perspectiva. Es cuidar la base sobre la que todo lo demás se sostiene: tú.


Parar no es una pérdida de tiempo, es la mejor inversión que puedes hacer en ti y en lo que construyes.


Y ahora te pregunto, ¿Hace cuánto no afilas tu hacha?



Nos vemos en sesión


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