El conflicto con el cuerpo...
- Yais Barroso

- 17 nov
- 1 Min. de lectura
Actualizado: hace 4 días
El cuerpo no solo sostiene la vida cotidiana: también carga con las exigencias que se acumulan sin pausa.
Entre el esfuerzo, las comparaciones y las metas personales, muchas veces se transforma en un medidor de valor o de control.
Cuando la mirada se concentra en cómo debería verse o rendir, se pierde la conexión con lo que realmente necesita.
El cuerpo empieza a responder con tensión, agotamiento o malestar, intentando sostener una exigencia que no siempre es física.
La culpa aparece cuando no se alcanza el ideal.
La comparación se vuelve rutina.
Y el cuidado se confunde con disciplina.
El conflicto no está en querer cuidarse, sino en hacerlo desde la crítica o desde el miedo a no ser suficiente.
Escuchar el cuerpo implica reconocer que también comunica: que los síntomas y molestias no son fallas, sino mensajes que piden atención.
A veces el cuerpo empieza a hablar cuando ya se ha hecho demasiado esfuerzo por callar.
Entender lo que intenta decir, con tiempo y acompañamiento, puede marcar la diferencia entre seguir sosteniendo el malestar o empezar a aliviarlo.
Nos vemos en sesión ☺️
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