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TRES VUELTAS POR CASA

Actualizado: hace 5 días

Él quería catapultar su emprendimiento rápido. Probaba tendencias, copiaba lo mejor de otros modelos y lo aplicaba enseguida. El producto era bueno, pero las ventas no crecían. “¿Qué más me falta?”, preguntaba.


La respuesta no estaba afuera, sino adentro: antes de seguir tocando puertas había que dar tres vueltas por casa. Mirar qué funcionaba de verdad, qué necesitaba refuerzo y qué ya no tenía sentido.


Nos pasa seguido: corremos detrás de lo nuevo, pero pocas veces nos detenemos a revisar lo propio. Y sin esa mirada interna, lo externo difícilmente despega.


Revisarse no es retroceder. Es soltar lo que estorba, ajustar lo que puede mejorar y darle fuerza a lo que sí empuja. Ese hábito de parar, mirar y ajustar hace que todo fluya distinto.


Porque al final, no se trata de hacer más, sino de aprender a revisar lo que ya tenemos para avanzar mejor.


Nos vemos en sesión ☺️


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