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Cuando el ánimo cambia el espejo


Hay días en que todo parece en su lugar, y otros en que nada alcanza.

No cambia la historia ni lo que somos, cambia el estado interno desde el que nos miramos.


Las emociones filtran la percepción:

la tristeza vuelve borrosos los logros,

la ansiedad exagera los errores,

el cansancio apaga lo que antes brillaba.


No siempre se trata de falta de amor propio; a veces solo es una emoción sin espacio para descansar.

Y cuando esa emoción no encuentra lugar, la mirada se confunde y empieza a medir valor en lugar de reconocer presencia.


La autoestima no se construye repitiendo frases bonitas, sino comprendiendo lo que se siente antes de juzgarlo.

A veces ese trabajo requiere detenerse y mirar con más profundidad, con alguien que ayude a ordenar lo que internamente se enreda.

No para cambiar quién uno es, sino para poder verse con más verdad y menos ruido.


Nos vemos en sesión ☺️


Reflexión profesional. No reemplaza un proceso terapéutico personalizado.


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